Este ha sido nuestro reto en el campamento de este año: ascender a la cumbre más alta del planeta… sin salir de Béjar. Nada más y nada menos que 8.849 metros han tenido que ir consiguiendo nuestros intrépidos niños y niñas entre 7 y 15 años para alcanzar la cima.
Y para conseguirlos han tenido que pasar múltiples hazañas: desde pruebas de escalada, rutas de senderismo, actividades de orientación, aprender a utilizar la brújula, aprender nudos… entre otros.
Hemos querido darle a todo el campamento un poso medioambiental, sensibilizando sobre el cuidado de nuestro entorno. De ahí que los materiales que hemos utilizados hayan sido reutilizados y que los talleres y actividades se relacionen con el cuidado del medio ambiente, como la creación de wrap para minimizar en su día a día el uso de papel albal. ¡A usarlo mucho! Que los pequeños detalles cuentan, y mucho.
Ha sido una expedición algo complicada en cuanto a la logística, que el covid también está en estas montañas de nuestro Albergue de Peña Negra, y esto ha hecho que nos hayamos tenido que dividir en grupos burbuja de diez participantes con sus dos monitores, y realizar tres campamentos simultáneos, y con escaso contacto entre ellos. ¡Todo un reto que sin duda ha merecido la pena ☺!
Tras una intensa semana (del 4 al 11 de julio) todos los participantes lograron llegar a la cima del mundo con una sonrisa. Toda una hazaña que esperamos recuerden durante todo el año… mientras todo el equipo de B.612 comienza ya a preparar la siguiente aventura 😉 ¿Cuál será…?
Gracias a tod@s los expedicionarios por su buen comportamiento, ¡¡así da gusto!! Nos vemos el verano que viene con más retos.