Cantar, bailar… y mucho más es la musicoterapia. Esto es lo que nos ha quedado claro en el monográfico de este mes dedicado a este “arte”.
Durante una mañana entera (aunque nos haya sabido a poco) hemos podido saber más de la musicoterapia y, sobre todo, cómo aplicar algunas de las dinámicas en nuestra labor como monitores y coordinadores.
Cómo usar la música en nuestras actividades, cómo desbloquear el cuerpo, cómo crear canales de comunicación con los chavales, favorecer y crear lazos entre los participantes… son algunas de las cosas que se pueden conseguir a través de la música y de las dinámicas que se han podido experimentar (para después poder hacerlas con los jóvenes con los que trabajemos).
Sin duda, todo un campo de estudio y trabajo en el que poder sumergirnos. Cómo siempre decimos, cuánto más sepamos, más podremos transmitir, y mejor monitores y coordinadores podremos ser… y por supuesto, mejor personas y más felices, ¡qué es de lo que se trata!
Mi conclusión de la mañana, vivir con la música nos ayuda a conocernos y a poder conocer a los demás. Una bonita experiencia para el primer día de primavera real.