Es la segunda vez que nos llaman para ir a la Escuela de Padres que organiza el ayuntamiento de Guijuelo. ¡Madre mia!, no sabemos si alegrarnos o temblar… ¡o las dos cosas a la vez! Lo que sí que estamos es agradecidos por la confianza que este municipio, y las personas que trabajan en el, depositan en nosotros. Gracias.

El año pasado fuimos con bastante miedo, tenemos que reconocerlo: ¿Cómo será?, nos preguntábamos. Era un paso adelante en nuestra andadura. Siempre habíamos dado formación a niños y adultos, pero desde el enfoque educativo, del tiempo libre… pero dar a padres… eso ya harina de otro costal.

Cartel Escuela de Padres web

Y es que, dónde se aprende a ser padre. ¿Dónde se estudia? En ningún sitio. Bueno, si,  han montado una universidad de padres, que para el que no la conozca es de lo más interesante…pero no garantizan el aprobado… je,je.

Como padre y madre uno va aprendiendo a base de acierto-error. Por experiencia propia todo lo que dije que no iba a hacer lo he hecho y lo que no entendía y veía hasta ridículo en amigos os conocidos, lo he visto “cristalino” después.

A veces en los cursos hacemos un role-playing de reuniones de padres para presentar nuestras actividades. Y siempre intentamos que os llevéis esa imagen de respeto hacia ellos, de intentar trabajar en equipo con ellos. Que podáis entender que las personas (y no solo los padre, claro está) hacemos las cosas lo mejor que sabemos, y a lo mejor, si no las hacemos de otra manera es porque no hemos caído en la cuenta. Y si uno se enfrenta con estas premisas a unos padres, desde el respeto y casi con admiración, seguramente sea mucho más fácil llegar hasta ellos.

Y bueno, desde esa premisa nos iremos el lunes 9 de marzo hasta Guijuelo. Desde el respeto, y desde plantear un tiempo de reflexión, no de  dar recetas mágicas que a uno a veces le gustaría tener, sino de pensar qué es lo que nos preocupa, y qué otras alternativas puede haber para solucionar las cosas.

Pero sobre todo, nos gustaría llevarle a los padres ese reconocimiento que a veces en la sociedad les falta, el darle valor a todo lo que hacen y lo que se esfuerzan por sacar adelante a la familia, y que nunca se rindan de inventar cosas nuevas para conseguir, lo quetodo padre quiere: que su hijo, lo más sagrado que tiene, sea por lo menos… ¡feliz!

Y os dejamos un truquito… está en el titulo de la charla… “si tu sonríes… ¡ellos también!”. Así que a sonreír… o a reír directamente… lo que prefiráis. Por cierto, este también vale para monitores felices ;).

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